Alma definición filosófica



Alma definición filosófica: Imagen de almas gemelas. Dos niños cogidos de la mano en un lago en un atardecer rojo observando en el cielo un mapamundi difuso.
Alma definición filosófica. Imagen de almas gemelas. Pixabay


Definición filosófica del alma


(Artículo que consta de cuatro partes)

El alma 1º parte


El alma y su definición filosófica

Para explicar lo que es el alma, empezaré explicando lo que es el universo, ya que el alma forma parte de la evolución del universo. Pero antes, voy a exponer una definición de lo que son las almas: Las almas son fundamentalmente las existencias más evolutivas del universo, las cuales han evolucionada como almas después de evolucionar como energías basadas en la información, y gracias a que son existencias basadas en la información pueden existir sin tiempo, pueden ser existencias instantáneas que pueden viajar como información a cualquier parte del pasado y del futuro y traspasar cualquier clase de existencia ya que la información no ocupa lugar (hay que tener en cuenta que aunque las almas puedan viajar al pasado y al futuro como energías basadas en la información ni el pasado ni el futuro se pueden cambiar). Las almas, gracias a que el universo es un orden se han podido formar como jerarquía de almas y han podido constituir las jerarquías vivientes; y ambas jerarquías evolucionarán unidas sin fin porque el universo es una evolución sin fin.


La evolución de las almas

Las almas evolucionaron en almas porque todo el universo en sí es un gran orden evolutivo que evoluciona sin fin como orden, lo cual significa evolucionar también como inteligencia.

Pero en ese camino evolutivo sin fin, las almas no podían ser verdaderas almas hasta que no surgiese la evolución viviente, ya que no se entiende que existan las almas sin que existan las vidas.
Entonces las almas empezaron a ser almas cuando originaron la evolución viviente. Ya que ese era el fin evolutivo del universo, debido a que el universo estaba obligado a evolucionar sin fin.
La jerarquía de almas se enlazan psíquicamente con las vidas para que éstas a través de las almas no dejasen de existir como vida. Puesto que el vivir representa un desgaste físico poco duradero, ya que la vida está inducida a existir a través de la sincronización del tiempo.

En un universo que evoluciona constantemente sin fin necesariamente tienen que existir unas existencias más evolutivas, que serán las más antiguas. Y las existencias menos evolutivas serán las las existencias recién nacidas. Estas últimas van naciendo a medida que van creciendo y expandiéndose el universo.

El universo es un absoluto orden y orden significa inteligencia. Con lo cual las almas al ser las inteligencias más evolutivas son también las inteligencias más inteligentes y sabias. Y como todo el universo está enlazado evolutivamente, la jerarquía de almas estará sujeta al orden evolutivo como la evolución más evolutiva.


La evolución universal

Existen tres universos en uno: el primer universo es el aproximadamente el 87% del universo, constituido por un espacio universal expansivo de energías oscuras repulsivas. El segundo universo es el aproximadamente el 8% de materia oscura que no se sabe muy bien lo que es. Y el tercer universo es el espacio galáctico donde vivimos que será aproximadamente el 5% de la totalidad del universo.

Aunque todo sea expansión, dentro de la expansión existen esos tres universos, o llamase espacios distintos entre sí, espacios que coexisten entre sí inducidos a moverse expansivamente ya que todo es expansión.

El universo de energía repulsiva oscura es un orden expansivo universal unidimensional. Ya que en ese espacio, al no poderse atraer la existencia entre sí, porque la energía oscura está formada de energía repulsiva y es la propia expansión, no se puede formar la existencia compuesta. Por tanto, ahí no se puede formar el movimiento entre existencias que se atraen entre sí, sin embargo la expansión coexiste con el espacio de energías atractivas ya que todo se expande inducido a expandirse por la expansión universal.

Y al no poderse formar en la propia expansión universal la existencia compuesta de existencias que se atraen entre sí, esa energía expansiva repulsiva no se puede ordenar evolutivamente como existencia que puede evolucionar. Por consiguiente, en las energías repulsivas de la expansión universal no puede existir el movimiento entre existencias compuestas, ni por supuesto el tiempo, el cual necesita un orden dinámico entre existencias que se atraigan entre sí.

Tampoco en la propia expansión universal, como no se puede componer la existencia en existencias compuestas porque no posee la energía atractiva ni el tiempo, puede constituirse  ni las dimensiones, ni los tamaños, ni lo grande, ni lo pequeño, ni la materia, ni la evolución ni el orden que dispone el espacio donde vivimos.

El universo gravitatorio donde vivimos es un compuesto de energías atractivas. Las cuales están producidas por las propias energías expansivas repulsivas del espacio universal de energía oscura porque todo pro produce su contra.

El universo gravitatorio donde existimos está compuesto de existencias que se atraen entre sí, y gracias a ello existe como orden tridimensional.

Lo cual significa que todo el espacio gravitatorio posee un poderoso y permanente orden tridimensional; una poderosa, permanente y ordenada gravedad; un permanente y ordenado dinamismo; un permanente y ordenado tiempo y una poderosa, permanente y ordenada evolución sin fin equivalente a una permanente y ordenada evolución inteligente sin fin, ya que orden y evolución es inteligencia.

Grande y poderoso orden transmitido por otro gran orden, el de la muy estable y constante expansión repulsiva universal.

Los tres universos están unidos entre sí, por eso están inducidos a expandirse juntos.


La tendencia a evolucionar

Cómo el universo estuvo siempre inducido a evolucionar con orden,  era inevitable que esa tendencia evolutiva universal al orden se transformase en una tendencia al orden cada vez más evolutiva.

Así, evolutivamente, pudo nacer una jerárquica universal inteligente que acabaría evolucionando en jerarquía de almas después de posibilitar la jerarquía viviente.

Llegar a esas evoluciones era necesario para que el orden universal pudiese continuar evolucionando sin fin. Aunque sólo mediante la vida se podía evolucionar cada vez más, y para evolucionar como vida se tendría que evolucionar como alma.

Al ser el orden universal un permanente orden que está en todo y que evoluciona sin fin, todo adquiere esa necesidad de ser orden y de mantenerse como orden.

Orden en sí es inteligencia ya que sin orden no podría funcionar una inteligencia. Las almas no podían ser almas si antes no habían sido vida. Por eso, antes de que surgiese la vida, esa jerarquía de almas no eran almas, pertenecían a una jerarquía evolutiva universal que poseía esa permanente tendencia evolutiva a evolucionar sin fin con orden y hacia el orden.

Evolucionar como vida era la tendencia evolutiva más elevada a la que inevitablemente se tendría que llegar.


Lugares adecuados para la vida

Esa potente y permanente tendencia evolutiva universal hacia la vida llegó a encontrar el lugar adecuado para sembrar de manera microscópica la tendencia evolutiva hacia la vida; para así poder continuar evolucionando el orden universal sin fin como orden.

Al sembrarse esa potente tendencia evolutiva en el lugar adecuado se originó  microscópicamente la vida, ésta sólo podía continuar evolucionando sin fin evolucionando como  tendencia viviente enlazada a la tendencia universal de almas.

De esa manera, a través del origen de la vida, evolutivamente se constituyó la jerarquía viviente y al mismo tiempo la jerarquía de almas. Ya que ambas eran potentes tendencias evolutivas hechas realidad gracias a la todopoderosa y permanente tendencia universal al orden.

Si no hubiesen existido lugares adecuados para sembrar la vida mediante la tendencia evolutiva universal hacia la vida, la propia evolución del orden universal hubiera posibilitado esos lugares a través de otras adecuadas y potentes tendencias. Ya que la vida era inevitable que surgiese, pues es una forma inteligente de existir, y la evolución del orden universal evolutivamente tendría que llegar a ese fin.

La tendencia a la evolución sin fin era inevitable, puesto que está en todo y lo es todo. Y en nuestro universo ordenado no se podía evitar evolucionar sin fin sin esa tendencia al orden, y evolucionar como vida era el proceso evolutivo más adecuado para poder continuar evolucionándose sin fin como orden.

De esa manera, tarde o temprano surgiría la jerarquía viviente y la jerarquía de almas, que enlazadas evolutivamente ambas tendrían que proseguir el inevitable camino evolutivo que induce el orden universal.

 

Evolución sin fin

La evolución inteligente no significa que el universo sea una inteligencia igual que la humana; significa que el universo evoluciona sin fin necesitando proseguir su camino evolutivo mediante la inteligencia viviente, ya que éste es el medio más adecuado para que el orden universal pudiese continuar evolucionando sin fin como inteligencia.

Toda esa inducción que posee la existencia, inducción a necesitar conseguir lo que nunca podrá conseguir, es una inducción constante transmitida por esa permanente expansión sin fin; por esa transformación sin fin de la existencia; por ese movimiento sin fin que necesita la existencia para poder ser existencia; por esa necesidad de la existencia de necesitar alcanzar la perfección, la infinitud, la plena justicia, la plena quietud y plena pureza de la nada.

Necesidades que nunca la existencia podrá alcanzar porque entonces dejaría de existir, ya que esas cualidades son propiedades de la nada y para conseguirlas totalmente la existencia se tendría que transformar en la nada.

Todo eso demuestra que la nada es la creadora de la existencia, y como creadora induce a que la existencia exista como contrariedad permanente de la nada.

Mundo de luz

También es un producto evolutivo el mundo lleno de luz donde habitan las jerarquías de almas. Un mundo maravilloso de luz que no se ha podido detectar porque es un mundo instantáneo donde la existencia no se ha podido formar como existencia compuesta y por eso en ese mundo no existe el movimiento, ni el tiempo, ni las dimensiones, ni lo grande ni lo pequeño.

Como esa existencia instantánea donde existen las almas no posee movimiento ni tiempo, eso le permite a las almas poder trasladarse instantáneamente a cualquier lugar del universo, así como traspasar la materia y no envejecer nunca.

Y es que no puede ser de otra manera, ya que vivimos en un todopoderoso y permanente orden que evoluciona sin fin como orden y de alguna manera tiene que evolucionar.

No se puede ser orden sin ser inteligencia, y no se puede mantener un orden sin que exista una constante evolución que mejore ese permanente orden o inteligencia.

La evolución viviente además de evolucionar como evolución inteligente está obligada a evolucionar hacia la justicia más justa, ya que el orden universal como orden que es induce a que todo evolucione con la mayor justicia posible, puesto que orden también equivale a justicia, y qué mejor justicia en las cosas que un buen orden.

Esa tendencia energética evolutiva universal al orden que está en todo y en todas las partes del universo, no se puede detectar porque es una tendencia.

El origen de las vidas

No surge la vida en un planeta por casualidad, ya que el planeta donde pueda surgir la vida surge porque evolutivamente está destinado a surgir como planeta adecuado para que pueda subsistir la vida.

Cuando surgió la vida en la Tierra, a ésta sólo le hizo falta una atmósfera apropiada para que la vida pudiese subsistir, esa atmósfera la tendría que producir la propia vida a medida que fuese evolucionando.

Como al principio la vida tendría que evolucionar de manera microscópica, se tardaría mucho tiempo en que se formase una atmósfera idónea para que pudiese surgir la vida animal.

Tarde o temprano tendría que surgir la vida en todos los planetas adecuados para que la vida pudiese surgir, ya que la tendencia universal al orden es muy potente y un planeta adecuado para que surja la vida que no posea vida no es posible en un universo con la tendencia permanente al orden.

La evolución inteligente sin fin siempre buscó su camino evolutivo, y esa inevitablemente evolución le llevó a evolucionar como vida.
Esa evolución es como el agua del río. la cual siempre buscará el mar. Podrán surgir infinidades de obstáculos pero el río siempre tenderá a buscar su camino hacia abajo, hacia el mar.

Esa tendencia universal al orden está ahí permanentemente, la cual induce a que la vida tenga que surgir por sí sola si el lugar es adecuado para la vida, lógicamente al principio la vida surgirá de la manera menos evolutiva, quizás de manera microscópica para que evolutivamente evolucione cada vez más.

Por mucho que se planten lechugas en un planeta cualquiera o se cambie la atmósfera por otra, si ese planeta no es adecuado para la vida no podrá generar vida.

La tendencia al orden es universal y eso es una tendencia universal. Con lo cual esa tendencia estará en todos los planetas que surjan y que sean adecuados para la vida, y esa misma tendencia a la evolución inteligente sin fin inducirá a que en esos planetas surja una evolución inteligente como la vida, porque esa evolución es una evolución universal.


Alma definición filosófica (segunda parte)

Evolución viviente

No se puede evolucionar acumulando información si esa información no se ordena adecuadamente. Por tanto, el hecho en sí de evolucionar es el hecho de acumular sin cesar información de manera ordenada.

Evolución inteligente que evoluciona de una manera inteligente gracias a que esas tendencias al orden acumulaban y ordenaban constantemente todo tipo de información. Eso indujo a esa tendencia a necesitar evolucionar como vida en la materia.

Después de infinidades de intentos evolutivos provocados por la constante evolución inteligente sin fin por necesitar dominar la materia, para así poder continuar evolucionando hacia la evolución inteligente sin fin como vida, en los lugares adecuados para la vida era inevitable que surgiese la vida.

Y como la materia dura no se podía dominar así como así, la propia evolución inteligente sin fin encontró en el agua un medio microscópico apropiado para poder evolucionar como vida en la materia blanda.

De esa forma la evolución inteligente sin fin, de una manera microscópica, consiguió evolucionar en la materia blanda como materia blanda. Era un destino inevitable ya que la evolución hacia la vida era imparable. Pero eso sólo se pudo conseguir en los lugares planetarios adecuados, donde existía el agua y las condiciones caloríficas adecuadas.

Sólo se podía evolucionar sin fin hacia una evolución inteligente sin fin si se evolucionaba como orden viviente. El cual sólo permitía que una única especie viviente fuese la cabeza evolutiva hacia la evolución inteligente sin fin. Ya que era la única forma de que se pudiese evolucionar como orden viviente cada vez más.

De esa manera universal de evolucionar, en todos los lugares universales con las condiciones adecuadas para que la vida pudiese subsistir, surgieron y surgirán de manera microscópica infinidades de orígenes vivientes.

Esas energías evolutivas acumuladoras y clasificadoras de información  a través de las evoluciones vivientes evolucionaron como jerarquía de almas cada vez más evolutivas. O sea que a medida que evolucionaban las vidas evolucionaban también las almas, formando ambas jerarquías una sola jerarquía universal cada vez más evolutiva.

Una jerarquía de almas universal, que son las que guardan todas las informaciones vivientes, y son las que permiten la eternidad de las vidas. Y como son una forma inteligente de existir, de una manera inteligente manejan de manera justa a la evolución viviente, ya que la tendencia a la justicia es la forma más inteligente de evolucionar.


¿Qué es el yo psíquico de la vida?

Tanto el alma como la vida están destinadas a evolucionar unidas. Incluso después de muchas reencarnaciones vivientes, en las que muchas vidas han llegado a un nivel evolutivo muy elevado en el que quizás no necesiten reencarnarse más.

Reencarnarse en sucesivas vidas es evolucionar como vida y como alma.

Todas las vidas son inmortales a través de sus respectivas almas, y podrán reencarnarse en otras vidas correspondientes a otros planetas universales más o menos evolutivos que el nuestro.

Ese puede ser el peor o mejor premio, o el peor o mejor castigo que las vidas puedan recibir en sus posibles futuras reencarnaciones. Puesto que como premio podrían nacer en civilizaciones más avanzadas que la nuestra, con lo cual se dejaría de pertenecer a nuestra civilización, aunque siempre se podría volver en otra nueva reencarnación. Y como castigo evolutivo, se podría nacer en otras civilizaciones universales menos evolutivas que la nuestra, lo cual sería un castigo comparable a nacer en comunidades terrestres donde sufran más injusticias.

Todos los seres vivos universales como los humanos que encabezan una evolución viviente en sus respectivos planetas, son también humanos ya que todos pertenecemos a la misma jerarquía universal de almas.

Si se pudiese trasladar cualquier clase de vida a otro planeta que albergase vida sin necesidad de trasladarse como alma, ninguna clase de vida de un planeta que albergue vida tendría problemas en poder vivir en otro planeta universal que albergase vida. Tendrían que adaptarse a ese lugar y que le dejasen adaptarse adecuadamente, puesto que cada planeta que posee vida propia ha evolucionado en su propio tiempo y con su propia evolución. 

La procreación común entre seres vivientes de distintos planetas sería rechazada por la propia genética. Ya que cada vida humana y animal de distintos planetas poseen diferentes adaptaciones.

Pero sin embargo, quizás las plantas no tengan ese problema, ya que las materias orgánicas vegetales de las superficies planetarias de todos los planetas que albergan vida son muy similares de un planeta a otro.
  
Solamente a través de las almas, las vidas se adaptan adecuadamente de un planeta a otro. Y de hecho, eso podría suceder con muchas vidas que mueren, sus almas podrían trasladarse, bien a los lugares vivientes que les correspondiesen según hayan evolucionado o a otros lugares planetarios que alberguen vida. Ya que las almas como no poseen ni movimientos ni tiempos se pueden trasladar instantáneamente a cualquier lugar del universo.


La reencarnación de la vida en otra vida

Las almas reencarnarán a sus correspondientes vidas según hayan evolucionado psíquica y físicamente, ya que la evolución psíquica está unida a la evolución física, puesto que cómo se va a reencarnar un vegetal en animal o un animal en humano si sus psiquismos y físicos no corresponden evolutivamente con otra evolución que haya evolucionado a otro ritmo diferente. O sea, que un ser humano se reencarnará siempre en ser humano, aunque se reencarne en un lugar planetario mucho menos o mucho más adelantado evolutivamente que nosotros, lógicamente no pueden existir dos civilizaciones extraterrestres distintas con la misma exacta evolución. Los extraterrestres más evolutivos que serán los que en sus respectivos planetas hayan evolucionado más en sus jerarquías vivientes son como los humanos, aunque lógicamente con distintas evoluciones.

Los seres vivientes no humanos no necesitarán reencarnarse en otros lugares planetarios que alberguen vida, pues estos al ser una evolución acomodada a una única forma de vivir están libres de pecados. Al no evolucionar como los humanos no disponen de la libertad de acción que disponemos los humanos. esos seres vivientes sólo utilizan el bien y el mal por necesidades de supervivencia o porque se les ha enseñado a ello.
Cómo se va a reencarnar el alma impura, de un ser que fue muy injusto, en una nueva vida de una familia en la que han evolucionado de una manera muy justa, por poner un ejemplo. Eso significa que todo lo viviente está entrelazado psíquica, física, energética y genética de manera evolutiva, y que según como evolucione cada uno como vida, sus correspondientes almas lo conducirán a nacer en la vida que le corresponda. Seguramente, donde normalmente existan más miserias es donde nacerán los seres que despreciaron las abundancias y donde existan mayores abundancias se reencarnarán los seres más evolutivos.

Todo es más complejo de lo que parece, pues aparte de la evolución de cada uno, existen muchas otras cuestiones personales y sociales. Ya que existen personas enfermas mentales, personas manipuladas por otras, personas confundidas, etc. Pero para la evolución no hay problemas todo está controlado por la justicia del tiempo que actúa con verdadera justicia evolutiva. 

Quizás muchas vidas cuando mueren se curen como almas, o paguen sus culpas como almas a través de un largo periodo de muchos años sin poder volver a reencarnarse en la vida. Todo es una evolución sin fin, y las almas también pertenecen a esa evolución.



Castigos evolutivos

La evolución es la justicia de todo y está en todo porque todo evoluciona sin fin. La vida animal y vegetal no sufren castigos evolutivos, puesto que estos están adaptados a ser una escala acomodada necesaria para la evolución viviente en general, por tanto ellos no son culpables de los pecados que las individualidades más libres, como la de los seres humanos puedan cometer.

Evolucionar significa evolucionar en todo porque todo lo que existe está unido a un único proceso evolutivo universal, en esta concepción también entra lo de que todo debe evolucionar sin fin de la manera más justa posible.


Cuando llegue el fin de nuestro planeta, las almas de las vidas terrestres como almas pertenecientes a la jerarquía universal de almas continuarán existiendo como alma, ya que son energías que no existen como movimiento ni tiempo y por eso pueden existir de manera inmaterial y trasladarse instantáneamente a cualquier lugar universal donde puedan evolucionar otra vez como vida.

Puesto que las almas son almas gracias a que han evolucionado como vida y no pueden separarse de esa evolución viviente que les permite evolucionar sin fin.

De esta manera, la evolución viviente no tendrá fin, porque podrá continuar evolucionando siempre como alma y como vida, y así ésta podrá volver a ser vida en otro posible planeta del universo que pueda albergar vida.

Quizás la mayoría de almas preferirían no reencarnarse más porque eso representaría ser completamente feliz como alma, ya que ser vida es poder sentir dolor físico.

Pero es necesario esa evolución viviente ya que el alma evolucionó como alma gracias a que su evolución le permitió evolucionar como vida. Y todo es una evolución sin fin que debe continuar evolucionando sin fin, nada se puede parar porque eso significaría dejar de existir.

Aunque ser alma sea mejor que ser vida, ya que casi todos los que han cruzado el umbral de la muerte y han vuelto a la vida, dicen que es mejor la otra vida. Pero sin embargo, es necesario vivir para poder ser alma y ser consciente de lo que significa el vivir.




Alma definición filosófica (tercera parte)


¿Qué originó el alma y cómo se originó el alma?

Para explicar cómo se originó el alma he de empezar por explicar qué originó el alma y cómo se originó el alma: La parte universal donde existimos adquirió la tendencia universal a evolucionar con orden y sin fin. Lo cual indujo a que surgiese una existencia energética con esa tendencia, y gracias a eso esa existencia energética evolucionaba acumulando todo tipo de información, que además la ordenaba y clasificaba adecuadamente porque poseía esa tendencia a evolucionar con orden y sin fin.


Eso era una manera de evolucionar sin fin de una manera inteligente, puesto que esa  evolución estaba obligada a evolucionar con orden y sin fin acumulando y ordenando todo tipo de información que la ayudaba a evolucionar. Lo cual condujo a que esa evolución evolucionase hasta originar un orden evolutivo viviente, puesto que esa manera de evolucionar era la única manera posible en la que se podía evolucionar como inteligencia.

No existe otra forma de existir que no sea la vida  que pueda evolucionar sin fin acumulando todo tipo de información. Ya que cómo podría evolucionar sin fin una inteligencia u orden sin un medio físico y psíquico como la vida.

No existen otros medios posibles para poder evolucionar como inteligencia hacia una inteligencia cada vez más evolutiva. Las máquinas y robots podrían pertenecer a una evolución más elevada que la vida, pero para poder llegar a esa evolución antes se tendría que haber originado la vida que es la que puede posibilitar que existan esas máquinas o robots. 

Todas las evoluciones vivientes universales como la humana, están destinada actuar con libertad de acción,  porque esa es una forma inteligente de poder evolucionar cada vez más. Pero a pesar de que la vida puede actuar con libertad de acción, la vida no es totalmente libre, porque está unida de manera psíquica a su correspondiente alma.

Evolucionar en la materia blanda

La vida, antes de poder adquirir de manera evolutiva una forma física tuvo que evolucionar en la materia blanda de forma psíquica.

Esa forma de evolucionar en la materia blanda indujo a la jerarquía viviente a evolucionar mediante  individualidades psíquicas microscópicas. Individualidades que estaban destinadas a adquirir información sin fin ya que la tendencia evolutiva era evolucionar sin fin.

Eso también significaba ordenar la información que se adquiría; o sea evolucionar con orden hacia una inteligencia sin fin cada vez más evolutiva.

De esa manera, esas individualidades vivientes llegaron a desarrollar una especie de psiquismos propios.

Esas existencias vivientes microscópicas, para poder continuar evolucionando como vida tuvieron que evolucionar de manera psíquica, evolucionando con una especie de memoria o acumulador de información. Estaban inducidas a evolucionar de manera jerárquica con orden y sin fin adquiriendo todo tipo de información. Gracias a ello, en esos orígenes vivientes, el orden viviente no tardaría mucho tiempo en proporcionarse una especie de psiquismos cada vez más evolutivos.

Eso llevaría a esas existencias microscópicas a acumular y clasificar la información necesaria para desarrollar sus evoluciones psíquicas y las de la propia jerarquía de almas a las que estaban enlazadas de manera psíquica.

El psiquismo le proporcionaría a la vida mayor decisión propia, pudiendo así adquirir más experiencias, más información y más libertad de acción.


Las sensaciones

Mediante la evolución psíquica y física, la evolución viviente evolucionó desarrollando primero el psiquismo.

Eso daría lugar al nacimiento de las sensaciones.

Después de que la vida desarrollase el psiquismo desarrolló primero las sensaciones. Éste era el medio más adecuado para la supervivencia y para poder obtener mayor información.

Pudiendo la vida desarrollar luego otros sentidos a medida que se evolucionaba cada vez más.

Las sensaciones fueron desarrolladas gracias a que el psiquismo viviente necesitaba adquirir información sin fin de la manera más adecuada.

A medida que se desarrollaba el sentido táctil a través de un cuerpo físico, y según las necesidades de la vida, poco a poco, de manera evolutiva surgirían los otros sentidos.

La especie viviente que viviese en la oscuridad no necesitaría el sentido de la vista, por tanto esa especie viviente no desarrollaría ese sentido.

La evolución hacia la vida y como vida fue muy lenta debido a que la vida necesitaba evolucionar como vida adecuadamente. De este modo, mediante las sensaciones, el psiquismo viviente evolucionó cada vez más hasta poder  diferenciar y clasificar la información que se obtenía, y así poder saber donde actuar para poder evolucionar cada vez más.

Poco a poco, de forma evolutiva, todo eso se fue perfeccionando ya que la vida era un medio evolutivo que podía evolucionar con cierta libertad y por eso podía evolucionar cada vez más y sin fin.

De esta manera las vidas podían separarse pudiendo así actuar con libertad, para así poder obtener aún mayor información y poder así evolucionar más. Pero esa separación no podía ser total, ya que las vidas se necesitaban unas a otras.

Con lo cual las vidas tenían libertad de acción, pero sin dejar de ser una jerarquía viviente en las que todas las vidas tendrían que ocupar un puesto jerárquico evolutivo viviente.

De esa jerarquía viviente u orden evolutivo viviente, surgieron evolutivamente todas las especies vivientes.

Las sensaciones eran necesarias para vivir

Para evolucionar de manera psíquica como vida se tenían que posibilitar primero las sensaciones. Las cuales también eran muy necesarias para la supervivencia.

Las sensaciones permitía a la vida evolucionar  sin fin de manera psíquica y física.

Para ello no bastaba con acumular la información obtenida, había que ordenarla y adaptarla a la vida. El orden universal era una guía necesaria que la vida de manera inductiva estaba obligada a seguir sin cesar.

Así se podrían posibilitar de manera evolutiva los sentidos adecuados para poder vivir.

Ya que sentir es percibir la información  y adecuarla a  las necesidades adecuadas de la evolución viviente.

La vida al haber desarrollado en algunas especies vivientes una forma de percibir la información mediante la vista. Todo lo que la evolución viviente de esas vidas viesen mediante la vista, de manera psíquica se transformaría en información adecuada para que la vida pudiese evolucionar cada vez más.

Pero también la vida adoptaría a la propia vista como una forma adecuada de evolucionar cada vez más. Puesto que la tendencia universal era evolucionar con orden y sin fin.

De esa manera la vista se adoptaría de manera psíquica como un sentido más. Los demás sentidos se desarrollaron de manera similar.

También gracias a las sensaciones, o llamase sentido táctil, la vida obtenía información física sobre la materia donde evolucionaba.

Ninguna clase de vida podría evolucionar como vida,  sin algo que les permitiese continuar viviendo a través de la reencarnación. Ya que la unión viviente estaba empujaba a continuar existiendo y procreando porque existía el hecho de que podían reencarnarse en otra vida a través del alma.




Alma definición filosófica (cuarta parte)


Jerarquía de almas

Los enlaces psíquicos vivientes enlazaban de manera psíquica las vidas con las almas.

Esos enlaces psíquicos entre las vidas y las almas permitían que la jerarquía de almas controlase de manera psíquica la evolución de la jerarquía viviente.

Las decisiones y acciones individuales de las propias vidas no las pueden controlar totalmente las almas, porque las vidas nacieron para que tuviesen decisiones propias y pudiesen evolucionar con libertad.

Aunque no todo es libertad, existe cierto control; la vida también está parcialmente controlada por su propia jerarquía viviente a través de las herencias.

También el entorno en donde se vive influye mucho en la evolución de las vidas, debido a las necesidades vivientes y a sus supervivencias.

De entre todas las especies vivientes terrestres las vidas más evolucionadas como la de la especie  humana dispone de una mayor libertad  para así poder evolucionar más. Ya que depender menos de los demás nos permite obtener mayor libertad.

Una vez posibilitada la evolución viviente, la  tendencia jerárquica evolutiva viviente era que únicamente una sola especie viviente pudiese evolucionar sin fin.

La jerarquía viviente estaba obligada a evolucionar como jerarquía porque esa es la tendencia universal.

El universo posee una sola jerarquía de almas universal  unida de manera jerárquica con todas las sub-jerarquías universales de almas, ya que el universo es un único universo y posee una única evolución.

Por eso, la jerarquía viviente evoluciona como jerarquía en la que sólo una especie viviente puede ocupar la escala jerárquica más evolutiva.

Esa manera de evolucionar sin fin y con orden es la forma universal más adecuada de evolucionar como jerarquía.

Las demás especies vivientes tendrán que adaptarse a existir como escalas jerárquicas vivientes inferiores.  Esa  es la forma de evolucionar conforme dicta el orden universal.

Almas o ángeles

No existe alguien, ni una asociación ni nada que gobierne el universo.

El universo se gobierna solo, pues ha nacido con esa tendencia evolutiva a evolucionar sin fin como orden.

Tampoco las almas están gobernadas por alguien, ni por seres espirituales ni por nada.

Las almas han evolucionado así como tendencias evolutivas a evolucionar con orden y sin fin. Y así, como jerarquía, continuarán evolucionando.

Cuando una vida muere su propia alma posee la tendencia evolutiva a evolucionar reencarnando a esa vida muerta en otra vida. En la vida que le corresponda conforme haya evolucionado, o bien mantenerse como alma en el lugar que le corresponda en la escala jerárquica de almas.

Son las propias almas las que ellas mismas se castigan o premian conforme a su propia evolución porque esa es la tendencia evolutiva universal.

Dentro de la jerarquía de almas, existen almas muy evolucionadas que ayudan a las vidas y a las propias almas. Esas almas más evolutivas han evolucionado así de manera jerárquica.

Y de esa manera están destinadas a ocupar el puesto jerárquico superior que les correspondan. No para beneficiarse de eso, sino que esos puestos jerárquicos las obligan a ayudar como alma a las vidas y a las almas que les correspondan.

Porque así funciona la jerarquía universal, y eso forma parte de la evolución, ya que la jerarquía de almas también evoluciona sin fin.


Puesto jerárquico

Cada vida evoluciona sin cesar, aunque esa evolución induzca a ciertas especies vivientes a adaptarse a una forma de vida acomodada por el bien de la jerarquía viviente, como es el caso de los animales y las plantas.

Eso también es evolución, los humanos antes de evolucionar en humanos fuimos animales y mucho antes plantas.

También los animales y las plantas a través de muchas reencarnaciones y evoluciones de sus almas podrán evolucionar en humanos.

Si no les da tiempo en la Tierra porque ésta se haya extinguido, les dará tiempo en otros planetas a través de sus respectivas almas, pues las almas no son propiedad de la Tierra.

Nada muere, ni incluso la Tierra ya que todo se transforma.

Cuando la Tierra se extinga transformándose en otro tipo de existencia, todas las vidas podrán continuar su proceso evolutivo en otros planetas que dispongan de vida.

Solamente aquellos humanos que hayan evolucionado hasta ser sólo alma, podrán existir como alma y continuar evolucionando como alma sin necesidad de volver a ser vida.

Como los nacimientos de planetas que albergan vida no tienen fin, el nacimiento de nuevas vidas tampoco tendrá fin.

Cada vida está inducida a evolucionar sin fin ocupando las sucesivas escalas jerárquicas evolutivas que les pertenezcan.
Unos evolucionarán más y otros menos dependiendo de sus propias evoluciones y del entorno donde evolucionen.

 

La reencarnación

Nadie se libra de vivir las vidas necesarias  para cumplir con su propósito evolutivo. Cuanto antes evolucionemos hacia esa meta evolutiva de existir como alma muy evolucionada, antes dejaremos de vivir en más vidas diferentes.

La vida nos puede producir muchas felicidades pero también muchos sufrimientos. Y para poder evolucionar más debemos experimentar muchas vivencias.

Somos responsables de parte de lo que somos y de lo que seremos. Por tanto cuanto antes evolucionemos de manera positiva antes llegaremos a la felicidad eterna como alma muy evolutiva.

Según hayamos evolucionado, podremos volver a nacer en lugares con una evolución más avanzada o menos avanzada, sea de la parte del universo que sea.

Y eso se efectúa de manera instantánea, porque las almas son tendencias y por eso pueden trasladarse sin tiempo, instantáneamente, a cualquier lugar del espacio sin nada que las pueda sujetar.


La evolución sin fin es imparable

La vida se multiplica sin cesar porque la evolución nunca involuciona.

Y para que eso fuese posible se tendría que inducir esa tendencia evolutiva a la propia existencia. Eso no fue ningún problema ya que la existencia es el propio universo.

De manera evolutiva la existencia posibilitó esos lugares adecuados para la vida originando estrellas y planetas adecuados que permitiesen albergar vida.

Lógicamente esos lugares no se originaron inmediatamente, hubo infinidades de procesos  evolutivos anteriores hasta que se logró ese propósito evolutivo.

Primero se tendrían que originar las estrellas y sus procesos evolutivos que le permitiesen originar los planetas adecuados para la vida.

Todos esos procesos sucedieron muy lentamente pero con pasos firmes porque sucedieron de manera evolutiva.


El universo y la nada

La existencia es muy maleable, sólo hay que ver la cantidad de cosas que se pueden construir.

El universo posee la tendencia a evolucionar sin fin porque es una tendencia transmitida por su evolución sin fin, inducida por la nada, ya que todo lo que rodea al universo es la nada.

El universo no tiene más remedio que crecer sin fin sin poder ocupar la nada. Y eso obliga al universo a existir eternamente.
Si el universo no evolucionase sin fin no se movería y si no se moviese dejaría de existir y eso significaría transformarse en la nada. Pero eso no puede ser porque la nada no existe. Por eso el universo está destinado a existir siempre.

Como la jerarquía de almas es universal, a las almas más evolutivas  les habrá dado tiempo de adquirir mucha información.  Ya que existen muchos planetas que albergan vida y no cesan de surgir nuevos planetas que alberguen más vidas.

Al surgir la vida surgió el psiquismo viviente, surgió el yo, surgió el alma. 

Continuación de "Alma definición filosófica" en el siguiente artículo de este blog titulado: "Definir el espíritu"




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